3 poemas del libro: "Los párpados del día" de María Elena Díaz-Carmona

Arcos de la vida
A Isabel Lameda

Uno camina empuñando maderas
como los viejos santos procurando desatar los destinos
echa agua de rosas a la esperanza
y no sólo a las vestiduras de estos cuerpos
Uno camina pensando
en el oscuro aserrín de las estatuas
donde nos intentaron enseñar
la confesión y lo sagrado
En caminos más cercanos he escuchado la fe
en la fragancia de las mandarinas o del incienso
o en algún elixir otorgado por la gracia del afecto.
Aparentan ser detalles, disoluciones y fragmentos
Arcos secretos de la vida
saben cuidar el patio más querido,
cuando uno limpia la casa
con la humedad de la paciencia.
Uno se sienta y tantas flores nacen:
el pan donde somos personas
el sabio resplandor de la vida más nueva
la orilla donde el tiempo se diluye sin ruidos.

Autorretrato 1.998


Nombro la espina sobre todo
la tierra al borde de los dedos
el resplandor cuando viene la cuaresma
y la sed
por donde la memoria cae entre las casas
Soy áspera en las palabras
he escrito tantos huesos
con nombres terribles de cirujanos y anatomistas
Pesada en el andar arrastro torceduras
allí está mi estilo
la belleza reside en la piel de los días
abrigo y desnudez al mismo tiempo
la presencia de fardo me conmueve
y amo a las arrugas
dicen la verdadera vida
lo espléndido acaba en los banquetes
pero siempre queda el ceño y un estilo de doblar las rodillas
Si digo horizonte he tardado llevándolo en la sangre

Cuánto ha costado encontrarle fragancia
a estas palabras
es más bien el asombro de los ojos
ante la gota que guarda cada cielo

También busco el paisaje me asomo a las ventanas
aquí está un desierto aquí está un valle
una ciudad de aguas gastadas
y una palpitación constante y verdadera
donde habita la silenciosa la estruendosa soledad.



Animal perfecto


Fragilidad encerrada en el cuerpo
impone la tristeza cruzando lo temprano
Allí nazco un animal perfecto
El torso desearía correr
a caballos por la calle
llevándose en su fuerza toda objeción del día
Ser más que estos ojos quebrados
y las palabras rasgadas en piedritas
Un animal para atravesar el tránsito
con valentía para tener lo dulce en la mirada
y resistir a intemperie esa tristeza

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Poemas de cielo desnudo